“Hay muchas maneras de matar a un hombre pero una de las más
terribles es no dejarlo dormir.
Se muere no por que no pueda descansar sino por que no puede
soñar.
Y se mure antes de hambre de sueños que de hambre de pan. La
sed de sueños nos mata casi tan rápido como la sed de agua.”
Eugenia
Rico
Traigo a colación la cita a mis cuatro lectores
como introducción para comentarles que asistí a una interesante conferencia que
impartió “Rubén Grande” en el marco de la II Expo Triatlón.
Rubén es un hombre que perdió una
pierna como consecuencia de un desafortunado accidente de cuatrimoto en Baja
California.
Una de las cosas que hace especial a Rubén es que a pesar de
su discapacidad es un Iron Man.
3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera
a pie o maratón en un tiempo límite de 17 hrs. Estos son números
intimidantes para cualquiera, incluso para una persona “normal”. Imagina lo
retador que pueden ser para un hombre con una sola pierna.
Muchas veces me he preguntado la razón por la cual los
deportistas invertimos tanto tiempo, dinero y esfuerzo en entrenar y competir.
Creo que lo hacemos por que tenemos sueños y por que
alcanzarlos nos hace felices.
Algunos sueñan con ganar una carrera local, otros con
completar un Iron Man, algunos con una medalla olímpica. Cada uno de acuerdo
con su situación tiene sus propios sueños.
Me gusto mucho que Rubén cambiara el “Por que a mi” por un
“Para que a mi”.
Con este enfoque dejo de lado una lamentación conformista para
obtener un propósito trascendente.
Su historia es inspiradora te invito a conocerla visitando
www.rubengrande.com
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